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¡Ha llegado para quedarse!
Aunque suene futurista, la nanotecnología ya forma parte de nuestras vidas y está presente en infinitos objetos que, a simple vista, no cambia su apariencia.
Ante la curiosidad generada por este tema y los constantes avances científicos que hay en esta materia, queríamos hablaros en esta ocasión de las nanopartículas y su presencia en los utensilios de cocina, en particular en los recubrimientos antiadherentes.
Se puede definir la nanotecnología como la tecnología de los materiales y de las estructuras en la que el orden de magnitud se mide en nanómetros, con la aplicación a la física, la química y la biología.
La nanotecnología está suponiendo una auténtica revolución en prácticamente todos los ámbitos de nuestra vida, principalmente, existen cada vez más casos de éxito en el mundo sanitario.
Se trata de un área de investigación en expansión y que tiene un gran potencial y, aunque cuenta con muchos hitos, todavía carece de un desarrollo completo.
De hecho, aún se desconoce la totalidad de sus aplicaciones o cuáles son las consecuencias que su uso podría tener en determinados ámbitos como el nuestro, la cocina. Su aterrizaje en el mundo científico ha sido muy reciente y eso hace que la curiosidad por este particular universo sea cada vez mayor.
¿Dónde podemos encontrar la nanotecnología y los nanomateriales? Aunque parezca difícil de imaginar, ya están presentes en nuestras vidas y no en todos los ámbitos tienen un efecto negativo. Se han creado nuevos nanomateriales para su aplicación médica y farmacéutica, forman parte de los últimos cosméticos y también están presentes en la industria alimentaria.
Por citar algún ejemplo, gracias a la nanotecnología se ha conseguido la creación de órganos artificiales, manipular estructuras y propiedades a nanoescala como células o virus, y también en la elaboración de vendajes y textiles quirúrgicos.
De momento, es una gran desconocida, pese al importante papel que está teniendo en la industria alimentaria. Ya se encuentra presente en el envasado de alimentos (conservantes, colorantes…) o en el menaje de cocina, entre otros ámbitos.
Es en este sector donde esta ciencia ‘nano’ trabaja sobre los átomos y moléculas, la materia que compone los productos alimentarios que tomamos a diario o los utensilios de cocina que nos ayudan en la preparación de nuestros platos. La nanotecnología es toda una oportunidad de cara a mejorar la calidad, la vida útil y la seguridad y la salubridad de los alimentos.
¿Por qué? Gran parte del trabajo que se realiza en este campo está enfocado hacia la elaboración de nuevos materiales que, en el caso del menaje de cocina como sartenes y ollas antiadherentes, pero aun hay poca evidencia científica que demuestre sus beneficios, al contrario de lo que ocurre con campos como el médico y farmacéutico, citados anteriormente.
Es el caso de las sartenes antiadherentes, actualmente, se sigue investigando acerca de los efectos que tiene el someterlas a altas temperaturas. A lo largo de estos años, distintos estudios científicos señalan que liberan pequeñas partes de los materiales que las componen contaminando a los alimentos. Se piensa que algunos de estos componentes, por su minúsculo tamaño pueden llegar a traspasar la barrera intestinal y entrar en el torrente sanguíneo.
A lo largo de estos años y ante los posibles efectos adversos (toxicidad) de ciertos materiales que se utilizan en la fabricación de utensilios de cocina, consumidores, agencias reguladoras y otros colectivos de la industria alimentaria han puesto la lupa sobre la recién llegada nanotecnología.
Esto ya había pasado antes, tenemos el ejemplo de lo ocurrido con los disruptores endocrinos PFOA (ácido perfluorooctánico) y PFOS (sulfonato de perfluorooctano). Pero no son las únicas sustancias químicas que generan preocupación por su impacto en nuestra salud.
A la hora de elaborar los utensilios y el menaje de cocina se están utilizando también materiales novedosos como las nanopartículas de dióxido de titanio, de plata, el óxido de hierro y el óxido de zinc. Estos aportan mayor durabilidad y resistencia aspecto a algunos revestimientos antiadherentes.
Se sigue trabajando para saber más, de hecho, un reciente estudio publicado por la Sociedad Química Estadounidense advierte de la posibilidad de que los envases antimicrobianos que se están creando para prolongar la vida útil y la seguridad de los alimentos y bebidas puedan estar transfiriendo materiales potencialmente dañinos como las nanopartículas de plata.
En el caso de las nanopartículas de plata, su uso ha generado bastante debate, principalmente acerca de si sus componentes, en el contacto con altas temperaturas, migran a los alimentos y si esto representa un riesgo para la salud ya que pueden traspasar la barrera gastrica y entrar en el torrente sanguíneo.
La plata tiene un efecto antibacteriano y, por lo tanto, la industria alimentaria y cosmética a menudo recubre sus productos con nanopartículas de plata. La ‘nanoplata’ se puede encontrar, por ejemplo, en botellas, cosméticos, envases de alimentos...
Para abordar estos problemas, organismos gubernamentales de todo el mundo han publicado documentos de orientación estableciendo políticas y regulaciones al respecto.
Sobre las nanopartículas de dióxido de titanio, en un artículo publicado el 9 de diciembre de 2016 en la revista Food Additives & Contaminants: Part A, los científicos informan sobre la posible liberación de nanopartículas de dióxido de titanio de los recubrimientos antiadherentes a los alimentos.
Además, un estudio publicado en enero de 2016 encontró que la exposición oral a nanopartículas de dióxido de titanio da como resultado una alteración inmunitaria y lesiones precancerosas en el intestino.
En cuanto a las nanopartículasde óxido de zinc, generalmente se pueden utilizar como fuente de zinc en suplementos y alimentos funcionales, ya que es un oligoelemento esencial necesario para la salud y el bienestar.
También, se pueden utilizar en el envasado de alimentos como agentes antimicrobianos para prevenir la contaminación de los alimentos con bacterias dañinas o como absorbentes de luz ultravioleta (UV) para proteger los alimentos que son sensibles a la exposición a la luz ultravioleta.
En principio, las nanopartículas en los envases pueden filtrarse en los productos alimenticios y, por tanto, ser ingeridas como parte de la dieta humana.
Por último, podemos hablar de las nanopartículas de óxido de hierro, que se pueden utilizar en los alimentos como colorantes o fuentes de hierro biodisponible y, también estarían las nanopartículas de arcilla, entre otros materiales que se utilizan para la elaboración de productos y utensilios en el sector alimentario. ¿Conocéis alguna más?
Quedan muchas preguntas abiertas con respecto a la migración de estas partículas y sobre la seguridad de los nanomateriales, de ahí que los esfuerzos de la comunidad científica estén puestos en conocer las aplicaciones de la nanotecnología en los alimentos.
Evidentemente, adquirir utensilios o menaje de cocina que tenga nanopartículas es una opción que, en muchos casos, puede no ser la correcta por falta de información. De ahí, que además de explicaros qué es y en qué consiste la nanotecnología, os comentemos tanto sus virtudes como sus lagunas actuales.
A la hora de comprar una sartén antiadherente hay que tener en cuenta el tipo de sartenes antiadherentes que existen en el mercado y los materiales que las componen. Ya conocemos qué son y cómo funcionan las nanopartículas, es el momento de saber un poco más sobre otros compuestos que están presentes en nuestro menaje de cocina y su impacto sobre la salud.
En la actualidad, hay muchos tipos de antiadherentes, aunque los más comunes son:
- PFOA (ácido perfluorooctánico) y PFOS (sulfonato de perfluorooctano): Son disruptores endocrinos. Distintas investigaciones científicas los vinculan con el desarrollo de tumores y señalan sus efectos cancerígenos. Su comercialización está prohibida desde 2020 en toda la Unión Europea.
- PTFE (tetrafluoroetileno): Pese a que tiene excelentes propiedades antiadherentes se deteriora fácilmente. No existe ningún problema de toxicidad, mientras no sobrepasen los 250º – 270ºC de temperatura, es entonces cuando se descompone y emite gases tóxicos.
Por esta razón, ha de ser tratado cuidadosamente y de manera frecuente se refuerza con otros componentes para darle resistencia y durabilidad – por ejemplo con carbono y titanio en las sartenes de SKK o con carburo de silicio en las sartenes Fissler.
Es necesario fijarse en el tipo de recubrimiento de cada sartén y en Alambique hemos detallado sus compuestos en las fichas de producto de nuestras sartenes para que podáis averiguar más sobre ellos y garantizaros siempre la mejor elección.
Cómo ya hemos dicho, comprar sartenes de calidad requiere de una revisión previa de los materiales que las componen, en nuestra tienda online de utensilios de cocina, seleccionamos muy bien las marcas de sartenes con las que trabajamos.
1) Sartenes SKK
SKK es un fabricante alemán de sartenes de calidad premium certificadas sin tóxicos, sin PFOA, nanomateriales y libre de metales pesados y disolventes. Las sartenes SKK cuentan con un antiadherente reforzado con titanio y no todas las marcas ofrecen esta garantía.
Se trata de sartenes de aluminio de fundición con revestimiento antiadherente de carburo de silicio, una cerámica térmica muy resistente y fuerte ante el choque de calor, con una gran conductividad térmica. Este material aporta gran resistencia a un revestimiento antiadherente de alta calidad.
El fondo térmico Cookstar con el que cuentan estas sartenes está diseñado para absorber y repartir uniformemente el calor, aportando muy buenas propiedades térmicas. Hay que resaltar que también están libres de PFOA.
3) Sartenes Castey para inducción
Estas sartenes fabricadas en España están compuestas de aluminio fundido y un recubrimiento Durión, es un material antiadherente libre de PFOA. La base de inducción ‘Full Induction’ asegura un excelente rendimiento en todas las superficies de cocina, incluso las de inducción. El mango es desmontable, con fijación de rosca de seguridad para que no se afloje.
Se trata de sartenes antiadherentes de aluminio forjado con acabado metálico en color berenjena o cobre, disponible en varios tamaños.
Cuenta con una triple capa antiadherente Halo de Whitford libre de PFOA, cadmio, plomo y de nanopartículas. Es un antiadherente de última generación que permite transferir el calor más rápidamente (hasta un 62%) y cocinar necesitando menos calor. La sartén lleva incorporada una base de acero inoxidable que la hace apta para todo tipo de fuegos.
Son sartenes de aluminio de fundición con un antiadherente de alta gama, libre de PFOA, que según los test de Le Creuset, goza de una vida útil muy larga, usado en las condiciones correctas.
Nunca está demás informarse a la hora de comprar sartenes antiadherentes, ya que se trata de uno de los utensilios básico en cualquier cocina. Supone una elección de importancia, porque normalmente en ellas buscamos una larga durabilidad, que está reñida con la calidad de sus materiales y a su vez con su precio.
La composición de unas buenas sartenes antiadherentes ha de meditarse, porque además de su duración en el tiempo, en los materiales que la componen se encuentra también un factor clave: nuestra salud.
Aunque por lo general no hay excesivos problemas para saber qué recubrimientos utilizan los fabricantes en la elaboración de sus sartenes, es conveniente fijarse en las fichas técnicas para asegurarnos que estamos comprando una sartén de calidad con un antiadherente libre de nanopartículas y tóxicos.
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