Categorías : Recetas , Verduras y Huevos
Con el buen tiempo apetecen mucho las sopas frías, por ello, traemos esta tradicional receta de ajoblanco. Un plato típico de la gastronomía andaluza y extremeña, cuyo origen se halla en la gastronomía romana o griega. De hecho, sabemos que los romanos preparaban una sopa fría similar con pan, almendras, ajo, pepino, zumo de uvas y aceite de oliva.
Es de la familia de los gazpachos, conocido como gazpacho blanco, ya que incorpora los cuatro ingredientes clave de esta familia: pan, vino agrio (vinagre), aceite y agua, los mismos que llevaban las legiones romanas en sus campañas.
Hoy en día se disputan entre varios municipios andaluces y extremeños la versión actual. Entre ellos se encuentra Almáchar, en Málaga, donde se celebra el primer sábado de septiembre la Fiesta del Ajoblanco desde 1968.
En este post te contamos como elaborar, paso a paso, este plato considerado uno de los entrantes perfectos para el verano, ya que aporta gran cantidad de nutrientes mientras te refresca. Nos gusta prepararlo de víspera para asegurarnos de que queda bien frío, y, además, se puede conservar en nevera durante 3 días.
Está delicioso agregando 2 cucharadas de vino de manzanilla al final y, si queremos vestirlo, también podemos incorporar tropezones de picadillo (muy fino) de un buen jamón ibérico.
200 g de almendras marconas totalmente peladas
125 g de pan blanco (mejor candeal)
150 ml de AOVE
3 dientes de ajo
3 cucharadas soperas de vinagre de Jerez
Sal
Opcional: Uvas y bolitas de melón para acompañar
1. Si las almendras tienen la piel, la víspera, poner un cazo con agua a hervir, incorporar las almendras y dejar 1 minuto. Escurrirlas y pasarlas a un paño de cocina. Cuando no quemen, pero aun estén calientes, se pueden pelar fácilmente. Dejar las almendras durante la noche remojadas en agua en un bol.
2. Poner en un bol las almendras y dejarlas en remojo durante unas 2 horas.
3. Escurrirlas y triturarlas junto a los ajos, un poco de sal y agua (no añadir mucha para que no quede licuado) en una batidora.
4. En otro bol, remojar el pan en agua.
5. En un escurridor, escurrir el pan y añadirlo al batido anterior. Seguir batiendo y triturando hasta obtener una pasta homogénea.
6. Después, añadir el vinagre y unas cucharadas de agua, si se ha quedado muy espeso.
7. Continuar batiendo e ir adicionando el aceite poco a poco para que emulsione perfectamente.
8. Para terminar, añadir agua hasta conseguir un volumen final de un litro y medio. Rectificar de sal y enfriar.
9. A la hora de servir, lo pondremos en unas bonitas copas o boles y lo acompañaremos de uvas y bolitas de melón hechas con un sacabocados del tamaño deseado.
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