Categorías : Pan y masas de levadura , Recetas
La pizza es casi tan antigua como el pan, se cree que su historia comienza junto al empleo del pan, ya que se tiene constancia de que en la antigua Grecia, los soldados persas tomaban pan plano con queso fundido y dátiles en su parte superior. Muchas fuentes aseguran que la pizza, tal y como la conocemos ahora, procede de Nápoles (Italia).
En Italia se conocía como “pizza bianca” la elaborada con pan, grasa, hierbas, ajo, cebolla, aceitunas… los ingredientes disponibles en la mayoría de los hogares humildes, era un plato al alcance de la mayoría. Con la llegada del tomate a Europa desde América, este plato dio un giro inesperado. Siendo en Nápoles en el siglo XVI cuando se empezó a consumir los tomates como alimento mientras que en el resto de Europa no se consumieron hasta el siglo XVIII.
Tras la llegada de América y aclimatación el tomate no se consideraba apto para consumo, solo se utilizaba en la jardinería a modo decorativo, sin ser contemplado como alimento, hasta que, un día, un campesino napolitano por su necesidad de comer, acompañó su pan de un tomate y le encantó, al sobrevivir (¡resulta que no era venenoso!) se corrió la voz y a partir de entonces los napolitanos empezaron a comer los tomates con sus panes secos. Convirtiéndose esta combinación de pan con tomate en un plato muy apreciado en la región de Nápoles. Con el paso del tiempo, debido a su gran demanda, los pizzeros napolitanos crean su propio gremio, separado de los clásicos panaderos, preparando ellos mismos la masa y horneándola. Así se volvió un plato muy popular entre la gente que se lo llevaba a su casa o se lo comía en la calle, apareciendo también vendedores ambulantes.
La pizza es una de las comidas rápidas más internacionales, que se ha extendido desde Nápoles al resto de Italia y, después, al mundo. Tal es así el impacto que tiene que el 9 de febrero es el día internacional de la pizza.
En este post te enseñaremos la mejor receta para preparar la masa de una pizza de la mano de Jesús Monedero.
Esta receta de masa de alta hidratación requiere muy poco amasado pero 12 horas de reposo
Masa de pizza casera
Salsa de tomate casero
Mozzarella
Hojas de albahaca fresca
Queso rallado
Aceite de oliva
500g de harina de fuerza (de buena calidad y de preferencia molida a la piedra)
300ml de agua tibia (el agua entre 26-28ºC)
25ml de aceite de oliva virgen extra
10g de sal
5g de levadura seca
1Kg de tomate pera colorado
10 hojas de albahaca fresca
Aceite de oliva virgen extra
3 dientes de ajo
20g de azúcar
Sal
1.- Poner en un cazo con aceite a sofreír los tomates pelados y troceados. Añadir el azúcar y la sal.
2.- Cuando haya reducido, agregar las hojas de albahaca y los dientes de ajo pelados y enteros.
3.- Retirar del fuego y triturar. Es importante que el ajo y la albahaca no se cocinen, sino que se infusionen sus matices.
4.- Mezclar todos los ingredientes de la masa en un bol y amasar hasta lograr una masa unida.
5.- Dejar reposar esta masa tapada hasta que doble su volumen (unas 2 horas o más, según la temperatura ambiente, la del agua y la de la harina. Si se usa agua fría en vez de tibia, el tiempo será superior).
6. Dividir la masa en 4 y formar 4 bolas o formar una sola bola con la masa e introducir en la nevera en un tupper untado de aceite de oliva y tapar. En la nevera tendrá lugar la segunda fermentación, una fermentación lenta de 12 horas. Se puede tener y usar la masa en la nevera hasta 3 días. Si se quiere usar la masa en ocasiones diferentes conviene porcionar y meter la masa ya en bolas, si en cambio se va a usar toda la masa de una vez, se puede hacer una sola bola y porcionar en la siguiente etapa.
6.- Si no se ha porcionado, sacar la masa de la nevera 1 hora antes de comer las pizzas, dejar atemperar 10 minutos y dividirla en porciones del tamaño deseado para nuestra pizza y formar 4 o 5 bolas. Con 500g de masa suelen salir 4 pizzas medianas o 5 algo más pequeñas.
7.- Estirar la masa, con ayuda de un rodillo, o a mano, en una mesa que previamente se ha espolvoreado con sémola de trigo duro (facilitará mucho el estirado de la masa).
8.- Depositar la base de pizza estirada sobre una pala de pizza.
9.- Untar la base con la salsa de tomate natural, añadir la mozzarella en trozos, hojas de albahaca fresca, cubrir todo con queso rallado y verter un hilo de aceite de oliva virgen extra por encima. ¡La pizza se puede hacer del sabor o de los sabores que más nos guste!
10.- La pizza es una masa muy delgada que se hornea en un espacio muy breve de tiempo a temperatura muy alta. Para hornear una buena pizza en un horno doméstico se debe poner este a máxima temperatura con ventilación (en caso de tener esta opción). Es muy importante haber precalentado el horno a 250ºC y meter la pizza, con ayuda de una pala, a una bandeja que ya esté caliente y dentro del horno a media altura. Si se quiere pellizcar y estirar las masa por los bordes un poco más antes de meterla en el horno, se puede hacer - el gluten se habrá relajado algo más y lo permitirá, teniendo siempre cuidado de mantener la forma redonda.
Si se hace la pizza en el horno de casa se puede utilizar una piedra de pizza o una base de pizza de metal perforada. O si se prefiere se puede hornear en un horno de pizza portátil que le permite imitar el mismo método de cocina que el de un horno de leña.
11.- Hornear 4 o 5 minutos (dependerá de la potencia del electrodoméstico). La pizza requiere temperatura muy alta y poco tiempo de horneado. El contraste de la masa fina y fría (a unos 12ºC) y el horno muy caliente hará que la masa "sufle".
12.- Sacar del horno y dejar que expulse los vapores sobre una rejilla, cortar con un cortapizza o tijeras en porciones y comer inmediatamente.
Las pizzas, al igual que las croquetas, hoy en día se hacen del sabor que se quiera pero aquí os dejamos una selección de sabores de pizza del autor de esta receta, nuestro profesor más panarra, Jesús Monedero.
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