Categorías : Repostería
Este post de cookies nos lo proporciona una alumna. Son sus cookies favoritas y las de su sobrina. Son deliciosas y muy asequibles para todo nivel de conocimiento.
Las mamis agradecerán el mimo y disfrutarán del dulce momento. Importante dejar la cocina bien limpia y recogida en esta ocasión :-)
250 g de mantequilla salada
500 g de harina con levadura (o harina e impulsor/levadura royal. Se agregará 1 cucharadita rasa de impulsor por cada 110g de harina)
3 huevos
2 tabletas de chocolate con leche fino ó 300g de pepitas de chocolate de buena calidad
1 cucharadita pequeña de vainilla azucarada en polvo
1/4 cucharadita de sal fina
1/2 vaso de azúcar morena
1/2 vaso de azúcar blanca
Metemos las tabletas o pepitas de chocolate en el congelador.
Batimos en un bol los huevos, añadiendo un poquito de sal, una cucharada de vainilla azucarada, la mantequilla y los dos azúcares. Se baten bien todo ello con la ayuda de una batidora de mano o robot.
Una vez bien mezclado, se añade poco a poco la harina. Se bate a velocidad suave hasta conseguir una masa homogénea.
A continuación, se saca el chocolate del congelador y se rompe en cuadrados pequeños o lascas gruesas (según gustos) y se mezcla con la masa.
Se calienta en el horno a 180ºC, se dispone un silpain sobre la bandeja de horno.
Se van formando unas bolas de 2cm de diámetro y se disponen sobre el silpat o papel. El silpat, silpain, papel teflonado o papel siliconado, evita que las galletas se peguen a la bandeja.
Se debe dejar al manos 2-3cm entre galleta y galleta, ya que estas se esparcirán en el horno y no queremos que acaben todas pegadas las unas a las otras. Si la masa nos resulta peguntosa y difícil, se puede disponer una cantidad de masa similar a la de la bola, con la ayuda de dos cucharas, sobre nuestra tela o papel de hornear.
Dejamos reposar la masa 15 minutos en la nevera y horneamos 10-12 minutos, hasta que veamos que la base de las galletas se dore.
Una vez dorada la base, cambiamos la función de horno a grill y dejamos que las galletas adquieran un tono dorado también en la parte superior. Una vez doradas por toda la superficie, se sacan del horno y con cuidado, puesto que estarán aún blandas, se transfieren a una rejilla.
Estas cookies han de quedar jugosas. Una vez frías, se pueden conservar en una lata de galletas hermética y si queda alguna, a los días comprobará que están aún mejores que de su confección.
¡Os deseamos un feliz y dulce día de la madre!
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