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#BloggersDayAlambique - Norberto Jorge

Categorías : Mundo gastronomía Rss feed

Charla de Norberto Jorge “Casa Benigna”,  BloggersDayAlambique 2015

Antes de nada, muchas gracias por encontrar el tiempo por convertir mi tiempo en el vuestro mientras dure esta charla práctica, y gracias también a Alambique por darme tal ocasión
Cuando me pidieron que participara y eligiese un tema, pues la verdad es que después de más de seis décadas comiendo  de casi todo lo que la vida me ponía delante, y más de cuatro siendo yo el que se lo ponía a los demás, pues temas, había muchos donde elegir.
Una, ya tan larga afición me ha permitido asistir a toda una serie de situaciones, económicas, científicas, comerciales,  culturales etc.
Y no menos fisiológicas, pues unos callos, una fabada, o un arroz  meloso con pata, no te sientan igual a los sesenta que a los veinte.

Las etapas:
En ese periodo, se ha visto florecer distintas modas, unas marcadas por el producto y otras por las técnicas.

Los productos:
De las patatas fritas, a la trufa blanca pasando por el bocata de calamares, el en su día lujoso pollo asado, las chuletillas, el chuletón, el ubicuo magret de pato y como no, el imprescindible foie-gras d´oie que en su versión española lo ha sido de su primo cercano, el pato de Barberie.

Las técnicas:
Esto en lo referente a productos, en lo referente a técnicas, pues desde la humilde y deliciosa parrilla del pobre, la plancha, al insufrible sorbete de cava malo, que pronto se dió a conocer como el “golpe de en medio” (le coup du milieu) en vez del original Agujero Gourmand. Nombres harto explícitos y poco gastronómicos ambos, pues con la escusa de limpiarte el paladar  o justificar un precio, o dábamos un directo en la boca del estómago con el nuestro o te  lo perforaban los afrancesados con el marc de Champagne, y así y pasando por el “todo en la factura y nada en el plato” como interpretamos más de uno la maravilla que fue la Nueva Cocina, a las excentricidades más intelectualoides ( conceptuales, diríamos algunos) y fotogénicas de los excesos del “gratis total” y sus coletazos de la llamada cocina tecno-emocional. Aparentemente más pensada para “epater le bourgeois” o para cargos electos, por otras razones que su dedicación al Tao, como aquel famoso “lubinamimmo” al que sus paisanos  le dieron tal nombre, por que esa era su respuesta estándar cuando el maître le preguntaba a su excelencia lo que quería que le sirvieran, “una lubina mismo” que seguro era para el epítome del lujo, al que se le quitaba “costo para el contribuyente” con esa displicencia. Luego, la cura de humildad, de la cacareada y dolorosa crisis ese terreno ideal para aprender y sacar conclusiones, y adaptarse a un tiempo que siempre es el mismo: Aprender o morir (o es aprender a morir de lo que se trata?) Y así llegamos a la cocina actual que se podría llamar la cocina del sentido común: a mal tiempo, creatividad y menos cara (en ambos sentidos)
Pues bien llegados aquí, uno se puede decir, bien, ya sabemos de adonde venimos, y  donde, más o menos, estamos. De aquí, según el sabio, debería ser relativamente sencillo intuir los próximos pasos, que en mi opinión, van a ser de armonizarse (amornizarse, digo yo) con el mundo, más que de insistir en ir contra él, vistos los resultados a los que nos ha llevado ese tour de forcé, de decir “aquí mando yo, y el sol sale cuando a mi me venga bien”. Hemos visto que así, no le fue ni al Sr. Bush con toda su voluntad y su poder, más bien al contrario.

LA COCINA DE LA SALUD

Dice un amigo y maestro mío (conocerás a un maestro porque siempre dicen esas cosas que todos sabemos pero que por sabidas, olvidadas), pues bien mi amigo Jorge dice que hay que conocer los propios límites, para así poderlos superar acercándose cautelosamente a ellos.
Yo no os voy a hablar de mis limitaciones, por evidentes, pero si que he tenido una cierta intuición, tal vez los viajes, para percibir el aroma creciente de las novedades en la medida en que se van haciendo más y más presentes y visibles: Cocina castellana en Oslo antes de que los noruegos descubrieran España como meta turística, la nueva cocina a principio de los 70, una de las primeras estrella Michelin del País en Alicante, la cocina del aceite de oliva, la exaltación de la dieta mediterránea …
Pues bien, con esa base, creo que lo que viene (hace tiempo que en “la benigna” ya le dimos nombre) es La Gastrodieta, así lo llamamos nosotros: Suculencia, Saludable y Sostenible.

La Gastrodieta:

A la pregunta sobre cuál era su marco de referencia como cocinero al chef del Restaurante Noma en Copenhage,a la sazón considerado el mejor cocinero del mundo en ese momento, respondió que era el espacio comprendido en los tres ejes de temporada, local y orgánico. Nosotros nos hicimos la misma pregunta y vimos que nuestro espacio ideal como cocineros y comensales era el delimitado por las Suculencia (alimentos que “me pongan”), Saludable (que me hagan bien, no daño) y Sostenible (que ayuden al medio Ambiente y no lo poluciones o destruyan).
1 - Suculencia:
Nuestros alimentos deben de ser de tal carácter y con tales atributos y repartidos durante el día de tal manera, que empecemos a disfrutarlos de solo ver acercarse el momento de la comida, tienen que ser jugosos, atractivos, reconocibles, sensuales… suculentos. Suculencia es ese atributo intangible, que poseen determinadas comidas que nos hacen salivar casi con solo mencionarla.
Ese tipo de viandas que, cuando la tenemos delante, invitan inmediatamente al “coge pan y moja”. Algo parecido, aunque en otro orden de cosas (también “comestibles” por lo demás): al “sex-appeal”. Hablamos, pues, de algo que vamos a llamar el “gastro-appeal”, la llamada irresistible que nos envía un determinado alimento, pidiendo “a gritos” ser contemplado, olido, palpado, mordido, probado, sorbido, saboreado, avalado…recordado.
Ese sentimiento es sin duda la suma de toda una serie de características y circunstancias unas objetivas: tamaño, forma, color, matices, brillos, aromas, … Y otras subjetivas, bagaje cultural, recuerdos, expectativas inducidas…


2 - Saludable:
“Que tu comida sea tu medicina y que tu medicina sea tu comida”, decía Hipócrates hace ya algún tiempo. En su libro “El equilibrio a través de la alimentación” la doctora Olga Cuevas Fernández, nos dice: “El ser humano, necesita: Materiales con los que construir o reparar su propio organismo, Energía para hacerlo funcionar y Reguladores que controlen ese proceso” Esto solo nos llega, de una manera natural, a través de lo que comemos, de modo que es importante que estos sean ingeridos en las cantidades, proporciones y condiciones adecuadas.
Resulta más fácil de explicar lo suculento que lo saludable. Decidir que es lo saludable para el ser humano desde el punto de vista de la dieta, es decir del régimen alimentario de cada grupo humano, tiene también dos vertientes: la instintiva y la consciente. La vertiente instintiva está más o menos impresa en nuestros genes. Nos atrae lo semejante. Y se justifica en la necesidad de ingerir alimentos que tengan una composición parecida a la nuestra. Tanto en lo referente a componentes como a proporciones de contenidos. Esto es alrededor de un 70% de agua, 20% de grasas 10% de minerales etc.… a nadie normal le apetece comerse unas rocas (a no ser que sean de Parmesano Regiano con unas gotas de balsámico extraveccio o de turrón de Jijona con un vasito de moscatel de la sierra).
Y también una, difícil de explicar, atracción por los productos que nos puedan suministrar aquel nutriente esencial del que carecemos (acordémonos de los ñus africanos que en sus peregrinaciones y al cruzar ese río de los reportajes de la 2, se paran a lamer una rocas que contienen unas sales esenciales para ellos y de las que carece su dieta habitual. Y la vertiente consciente, esta ya solo, basada en la experimentación y en el estudio y catalogación de las experiencias acumuladas. Por una parte el patrimonio cultural dietético acumulado a lo largo de generaciones y por otra los estudios científicos dedicados al tema. Pues bien, aquí es donde empiezan las malas noticias: el patrimonio cultural de nuestros mayores, ha sido víctima de un desprecio interesado desde todos los ángulos. Especialmente estos últimos años, con la aparición de la atractiva “libertad a los fogones” que empezó con la bienvenida Nueva Cocina siguió con las atractivas y libertarias Fusiones y Deconstrucciones Culinarias para terminar (nunca mejor dicho) en esa orgía de la Creación por la “de-creación” de la última época.
El problema surge cuando un movimiento culinario (más mediático que gastronómico) toma el carácter excluyente que les da esa esencia de talibanismo culinario que no concibe otro universo que el suyo. Así nos hemos encontrado de un lado con la exaltación de la fusión culinaria como un bien indiscutible, sin tener en cuenta su lado negativo de pérdida de referencias. Y del otro la creación pura y dura para epatar al burgués y sacarle sus cuartos, como objetivo principal. ¡Buenos días, Vengo a que me desplume! … que decía el otro. Todo esto ha conllevado la pérdida de la cultura de las combinaciones, tan necesaria para que estas no lleguen a ser negativas desde el punto de vista nutricional y por tanto dietético.
Por otro lado, una gran parte de la investigación alimentaria esta en manos de la propia industria y de las grandes farmacéuticas. Ambas todas ellas solo están interesadas, obviamente, en aquellas soluciones que se puedan patentar para así cobrar royalties y recuperar la inversión. No por más comprensible menos condicionante sobre el mensaje final a los consumidores. De cualquier modo entre esa maraña de información interesada y tan a menudo tan contradictoria como los intereses que las generan, una evidencia va aflorando. Parte de ella la tenemos en la dentición de los Homo Sapiens Sapiens, de 32 piezas 8 (los incisivos) son para cortar y despiezar (como las ratas), 4 (los caninos) son para morder y desgarrar (como los perros), y 20 (los premolares y molares) son para moler como las vacas. Si a esto unimos un tubo digestivo de unos 9 metros lejos de los 3 metros de los leones entenderemos que nuestra dieta debe de estar más próxima de la de las vacas que de la del Rey de la Selva.
3 - Sostenible:
“Hacen falta tres litros y medio de petróleo para producir medio kilo de filete” (Liberty Laurence en ¿Quién decide lo que comemos?) Esto, evidentemente no es sostenible. Atendiendo a las noticias de cada día, se da uno cuenta de que si era difícil consensuar que es lo saludable, hacerlo con la respuesta a la cuestión de la sostenibilidad se presume imposible, demasiados intereses en juego y no todos confesables.
En la Gastrodieta consideramos la sostenibilidad desde varios puntos de vista, pretendiendo satisfacerlos todos. Por una parte la sostenibilidad del consumidor como individuo, es decir una gastronomía saludable (como ya hemos anunciado) y democrática, elitista en lo referente a la sensibilidad, no al bolsillo. Que forme parte de lo cotidiano, no solo para los grandes eventos. Por otra parte debe de ser sostenible para el círculo inmediato de vecinos y “paseantes” y así ir extendiendo nuestra responsabilidad en círculos concéntricos de radio creciente y extenderlo hacia fuera hasta donde lleguemos. No encuentro mejor modo de marcar un camino que las palabras finales de Felicity.
Lawrence en el ya citado ¿Quién decide lo que comemos?: “…¿Cómo deberían ser ,pues, nuestros hábitos de compra y alimentación?...: biológico, más local, más estacional, más directamente de los productores y comerciantes independientes, más comercio justo, menos carne y productos animales, más cereales integrales, legumbres, fruta y verduras frescas, pocos alimentos muy procesados, nada con ingredientes que no podamos reconocer en las etiquetas, nada que pretenda ser un alimento nuevo o funcional, nada con un envase muy sofisticado. Y añadimos nosotros: consumamos información seleccionada, documentémonos, nos va la buena vida en ello.
En una ocasión me comentaba nuestro hijo Mads (que por un momento había pensado estudiar criminología y había hecho ya algún trabajo en la Universidad al respecto), que en una visita, obviamente guiada, con un grupo de estudiantes a una penitenciaría de alta seguridad en USA, el oficial que los guiaba les dijo: “… a partir de una cierta hora, se pueden clasificar los civiles que deambulan por una ciudad se pueden clasificar en dos categorías únicas: los criminales y las víctimas propiciatorias. Si Usted esta a esas horas moviéndose por la ciudad y no es un criminal puede Ud. estar seguro que pertenece al grupo de las víctimas. De la misma manera, se puede decir que en el universo de la alimentación en el llamado mundo desarrollado se puede decir que hay dos tipos de “civiles” (consumidores): “los conscientes y las victimas”. Informados consecuentes y saludables y víctimas achacosas. Tenemos que elegir nosotros mismos, no dejar la decisión sobre el grupo al que queremos pertenecer, en manos ajenas con ajenos intereses. La gastrodieta, es inevitable.

La cocina de la Gastrodieta:
Suculencia
Los minerales son solubles en agua
Las proteínas en grasa
O sea que el sabor está en la grasa
Saludable
Sostenible

Mi cocina:
Las líneas maestras para definir los adverbios de mi dieta, el qué, el cuanto, el cómo, el donde, están definidas a partir de las ideas que tengo de la función de la dieta en la vida, en la calidad de esta, es decir en términos amplios en la salud de la misma.
Entonces cabe preguntarse y que entiendo yo por salud?
Pues por salud, entiendo yo el vivir en armonía con nuestro entorno, en ese equilibrio inestable que exige de continuos ajustes, la homeostasis  natural de nuestro organismo para compensar las influencias que conlleva la interdependencia con nuestro entorno en el sentido más amplio, físico, mental, emocional, global, galáctico, espiritual a fin de cuentas.
Los animales no necesitan los consejos de un nutricionista para saber que comer y cuando, sus necesidades le ponen a buscar la comida y sus instintos le cuentan lo apropiado y lo prohibido.
Los seres humanos occidentados, (los que hemos dejado de estar orientados) hemos perdido ambas capacidades, comer con  verdadera hambre es algo total mente desconocido para la mayoría, y que hemos perdido el instinto sobre lo que nos perjudica resulta evidentísimo con solo ver lo que nos metemos entre pecho y espalda, ya sea de comida, de bebida o cosas más etéreas o polvorientas que entran por la nariz.
Y cuál es la razón para que nosotros los masters del universo actuemos con tanta frivolidad el tema de nuestra salud? Pues bien, parece evidente que es por ese porcentual de mayor masa cerebral respecto al volumen corporal que tenemos respecto al resto de los seres vivos, nosotros los humanos.
Y que es un ser humano, pues es sobre todo un potencial de humanidad.
Nos nacen, nos dan un carnet de identidad y un certificado más o menos virtual sobre los derechos que tenemos, como tales humanos más o menos en potencia.
Y en que se traduce esa mayor proporción de masa cerebral y su estratificada composición, que refleja cual capas de cebolla una superposición de etapas de evolución, la base reptiliana, la capa intermedia la mamífera de los instintos más elevados y por último (por ahora) la corteza?
Pues bien ese aumento de capacidad se traduce en eso en mayor capacidad de responder que dicho en inglés, resulta más explícito: Respons- Hability.
O sea se, una gran ventaja y un mayor precio, pues hay que estar a la altura ya que se puede.
Y en que se ha traducido esa mayor capacidad, pues en la aparición de la consciencia de la consciencia, es decir de la capacidad de estar presente y observar lo que hacemos y aprender de los errores, para no repetirlos más de lo estrictamente necesario.
Y puestos a decidir la prioridad (lo primero, no la primera, pues prioridad solo hay una, el hacerlas plural y numerarlas es un invento del mangement) cual es esta?
Debería ser evidente que lo primero a cuidar es  no al vehículo (aquello de “mens sana in corpore sano”) sino al conductor: corpore sano in mens sana (otra cosa es que por lo que uno va aprendiendo con los años y las angustias acumuladas “la mens sana es la no mens”, es decir, vacía. Pero eso es otro tema, mucho más rico y prometedor.
Y entonces, llegados aquí y viendo a donde nos ha llevado a los humanos, la mens llena, y el deterioro de los alimentos, crudos y/o elaborados, y la desinformación interesada, parece evidente que el ingrediente más deseable para asumir la responsabilidad del conductor es la información contrastada sobre lo que nos hace bien y lo que no.

La información:
Los conocimientos en plural y en contexto y por tanto revisables.
La sabiduría, es singular, binaria (se tiene o no se tiene) y eterna
Los conocimientos sobre la dieta pueden hacer pensar que son susceptibles de seguir modas y tendencias, la verdad es que esa impresión bien mas de sus posibilidades de crear negocio para los que viven de ello, que para los propios conocimientos que son los que son y casi siempre son sustituidos y actualizados por otros más amplios y recientes que los comprende.
La sabiduría en alimentación se ha ido disipando en la medida en que han desaparecido las fuentes de la sapienza popular al romperse la cadena de padres a hijos en lo referente a buscar la comida y prepararla adecuadamente.
De cualquier modo, mirando hacia atrás, se pueden ir uniendo los puntos (como decía Jobs en Stanford) y sacar líneas relativamente fáciles de extrapolar con cuidado.
Dice Tolle que si nos visitase un extraterrestre, lo que más le asombraría de este planeta en el hecho de que la industria más desarrollada e invasiva sea la del entretenimiento, es decir la de la evasión de la realidad, tan cruda debe de ser para los terrícolas la realidad que ellos mismos se han creado a diferencia de otros seres vivos menos dotados de cerebro que parece ser disfrutan con la vida (tendrá algo que ver con el cerebro y su sincrónica pareja, la mente?
O sea que lo más importante para usar la dietas para mejorar nuestra vidas y no para jodernosla debe de ser cuidar la presencia, no desertar de nuestra capacidad de responder, nuestra responsability.
“De niños lloramos cuando queremos comer, de adultos comemos cuando queremos llorar”, de ahí las  constantes fugas de la realidad, la falta de realización, y también el sobrepeso, la obesidad y el auge de la industria farmacéutica.

Las modas:
Son hijas de la comercialización de lecturas tendenciosas sobre los últimos estudios, más o menos serios, más o menos interesados sobre el tema.
Así hemos nos han vendido las maldades del aceite de oliva (en beneficio de los de la competencia, de soja etc.) más tarde las de la mantequilla (en beneficio de las margarinas, mas soja hidrogenada), luego las bondades de los cereales (la base de millones de elaborados de alto margen comercial y durabilidad), etc etc.
No es raro pues, que el personal este escéptico, sino directamente en contra de cualquier nuevo acercamiento al tema.
Pero tampoco es menos cierto que si se estudia con cierto detenimiento la historia de las dietas y de los conocimientos que las han avalado, se puede observar un innegable avance en la dirección adecuada, de saber más o menos por dónde van los tiros.
Basta con relatar la composición del cuerpo de un ser humano para entender que es lo que debe de buscar en la naturaleza para satisfacer sus necesidades imperiosas  a suplir por su alimentación
Un ser humano de 65 kg de peso esta compuesto por unos 40 kg de agua, unos 11 kg de proteínas, 12 kg de grasas unos 4 kg de minerales y cerca de 1 kg de hidratos de carbono.
Y esto viene todo de los alimentos que tomamos
Luego hay que tener en cuenta que el cerebro es casi todo grasas saturadas y el mismo material esta presente en la membrana (el cuerpo de aduanas de todas las células) de modo que más bien dejarse de chorradas y darle a los aceites vegetales mono tal, a buen bacon bien tostadito y a la mantequilla de vaca criada en libertad en zonas húmedas (donde la hierba verde en abundancia) y de vez en cuando pues como Carpanta un buen chuletón de los mismos contribuyentes.
Los cereales y las legumbres, pues con gran mesura, pues llegan muy tarde a la alimentación regular de los humanos, con la invención de la agricultura, unos 11.000 años si vives cerca de los de E.I. entre el Tigris y el Eufrates, pero mucho más recientemente unos 5.000 si vives cerca del Bernabeu.
Además esta lo del gluten y la adicción a las exorfinas del trigo, pues eso que te engancha, con el resultado conocido de ..” yo es que sin el pan no puedo vivir” de chico y chicas. Y si no la afición a la cervecita con esas tripas  de viñeta forgianas con que más de uno decoramos el paisaje.
Recuerda que los mamíferos carnívoros pocas veces  lucen sobre peso, son los herbívoros y los omnívoros los que castigamos las básculas.
Y para redondear la película, está la bella historia de los pesticidas, las hormonas de crecimiento, el estrés a que se somete tanto a un pollo de granja, como a una viña para que de mas kilos de carne uno y menos litros de zumo la otra etc etc.  Como diría hoy Don Quijote: “Sancho, con la industria farmacéutica y su filial la alimentaria hemos topado”, de modo que ya sabes: “date por … curado”.
Para  redondear esta foto, apuntemos que a pesar de los esfuerzos de Hipócrates en la antigüedad y la evidencia de que el exceso de carne producía la gota en los caballeros de la edad media que abusaban de ella y del derecho de pernada, para cuyo ejercicio impune, dejaban la cornamenta de la pieza como aviso al compungido marido. Pues bien a pesar de estos anécdotas, la ciencia de la  nutrición y sus efectos, es una criaturita que no cuenta más que de unos doscientos años siendo muy generosos. Y es principalmente en los países donde se habla el alemán, Suiza del norte, Austria, Alemania donde  esta nace  y empieza a desarrollarse en robustez gracias en gran medida a una serie de clínicas para una pequeña élite con sobre peso de kilos y de medios.
Las malas noticias son que estos germano parlantes perdieron la guerra y los vencedores que solo hablaban inglés y francés, tardaron bastante en aprender la lengua de Goethe y sin ningún pudor y por necesidad, reinventaron la rueda de la jala.

El paradigma del colesterol:
En este escenario, acontecen una serie de hechos que van a tener una serie de repercusiones importantes como son, la invención del electrocardiograma en los años 20 del siglo pasado con cuya ayuda se pudo diagnosticar toda una serie de muertes que hasta entonces habían sido tildadas de naturales (claro está, si te falla el corazón lo más natural es que te mueras), el descubrimiento y fabricación de los antibióticos que eliminaron de la lista de los top ten a las muertes por infección, con lo cual, poco a poco y sin hablar alemán, las autoridades del medicare interpretaron el ascenso de las muertes diagnosticadas como muertes por enfermedades cardiacas la supuesta epidemia de muertes por el corazón de los varones de alrededor de 50 años en los países que podían comer carne y grasa entonces.
Uno estos expertos decubrió que los griegos y sus vecinos, que solo veían un pollo desplumado por Navidad, llegaban a los 90 incluso sexualmente activos , y decidieron hacer algo con el tema y con el disgusto de los productores de carne y el beneplácito de los de grano.
Le declararon la guerra a las grasas por que  estas se convertían en placas en los vasos sanguíneos con funestas consecuencia para la circulación, nos quitaron la grasa, nos dieron los baguels y la coca cola  y para compensar nos dieron a precio de vida los statines para rebajarnos el colesterol y así poder pecar de vez en cuando sin mayores consecuencias. Lo malo es que no solo nos bajaron el colesterol, también bajaron lo de poder ser activos sexualmente  hasta los 90 años, Y así a más de uno nos lo rebajaron todo  a la mitad.  Pero, pensamos, en fin todo sea por la cantidad de años, aunque sea en detrimento de la calidad de vida de los mismos.
Como consecuencia de la fobia inducida a las grasas, la ingesta de calorías paso de ser  variada a ser monotemática, panes, pastas, pastas, panes. Primero sin fibra, cuanto más refinadas las harinas, mas “finos” los pastelitos. Mas tarde y como cuando se llama al quinto de caballería, llego el paradigma de la fibra, podías ponerte morado con tal de que hubiese  celulosa indigerible en el menú.
Se dispararon la obesidad con factor aterrador, y con ella la diabetes, la falta de fertilidad, y un largo y deplorable etc.
Ante esta situación, la industria farmacéutica, como casi siempre, “guerra a los síntomas” esconderlos, pero no acabar con ellos, pues se jode el negocio, de modo que mas disfraces para la tensión arterial y para el colesterol y más viagra y mas  antidepresivos para que el personal no empiece con la meditación y el sentido común, porque eso si que sería el final.

La hipótesis carbohidrática:
Así llegamos a la nueva etapa, que se ha denominado por algunos (Gary Taubes en su inapreciable Good calorías, bad calories) “ La hipótesis carbohidrática” que sin apegos ni afectación representa la antítesis del “Paradigma del colesterol”: lo malo no son las grasas, sino los azucares de fácil asimilación es decir todos los alimentos de alto índice glucémico, es decir, los que descargan el azúcar en la sangre de una manera más directa y rápida.
Parece ser que el paradigma de la fibra nace como consecuencia de una maniobra de apuntalamiento del viejo paradigma del colesterol al ver que se les venía abajo el negocio del trigo, el pan malo es el de harinas refinadas, si tiene fibra, además de que ligas mucho mas, pues como que ralentiza la descarga de azucares en la sangre que es el verdadero coco del tema.
La realidad como tan a menudo es otra ya que los índices glucémicos no se diferencian lo suficiente como para poderlo recomendar frente a una dieta más variada y culta.

La dieta sexual:
La existencia de afrodisiacos es un tema casi tan manoseado (vaya término en este contexto, en que estaría yo pensando?), pues si, tan manoseado como el de las dietas milagrosas, yo tengo en mi biblioteca un libro sobre el tema , que lo mas erótico que tiene es una pera en sazón, “sentada” sobre su  esférica base  pero que con la ayuda de un primitivo photoshop,  con dos posaderas en vez de una.
Luego, uno ya estaba en esas edades, un día compré con discreción un libro ya más serio sobre el tema, con el sugerente y nada críptico nombre “La dieta sexual”
Fue un descubrimiento, pues ya era un libro científico basado en los mismos estudios que por casualidad y sentido de la oportunidad, darían pie a la famosa pastillita azul, especie de  discreto consolador masculino.
En él se habla de la importancia del oxido nítrico a la hora de que cuando es “Party time” funcione el tema de las comunicaciones debidamente, tanto de neurotrasmisores como de los  conductores y válvulas  oportunas para que la fiesta tenga lugar en condiciones adecuadas a las necesidades de cada uno de los participantes.
Y donde se  puede obtener  el preciado oxido nítrico?, pues como dice el autor, no es aconsejable obtenerlo poniendo la nariz en el tubo de escape de tu vehículo ni el de los demás. Debemos obtenerlo de los alimentos que ingerimos, y los más ricos en nitrógeno base del apreciado preparado se encuentra en una proteína “la arginina” que se puede buscar en comprimidos en las tiendas al uso, o mucho mas suculenta en las carnes rojas y sobre todo de animales silvestres, caza obviamente, y en los pescados azules  y un mas tranquilizadoramente amplio número de otras delicias.
Yo se de dos situaciones que avalan lo anterior, la primera viene de la historia de la humanidad, a los sacerdotes egipcios se les tenía prohibido el consumo de pescado, porque aparentemente les levantaba la sotana. Y la segunda es de mi historia: hace unos años decidí hacerme mis conservas de atún rojo al aceite, moi memme, y con doscientos litros de aceite me presente en Barbate en la industria de Pepe Gómez “La Chanca” y aprendimos a tratar tan magnífica pieza el Yellow fin confitado en aceite y embotado en tarros de cristal con parte del aceite de confitarlo (con demasiado sabor) rebajado con el mismo aceite pero en crudo. Tras volver a Madrid y dada mi familiaridad con el producto, empecé a usarlo en otras recetas, y un día, José “el rubio” de Ernesto Prieto, me dijo viendo el volumen de atún rojo que le comprabamos: Usted si que sabe y yo que aún no había leído el libro de marras le pregunte por que? Y la respuesta fue tan sustanciosa como la ventresca de atún a la brasa.
El otro tipo de ingredientes imprescindible para el buen funcionamiento, son todas aquellos llenos de antioxidantes, pues en los procesos de oxidación las arterias y capilares van a perder flexibilidad se van a endurecer y perder caudal, caudal que es determinante a la hora de la verdad.
Y en lo referente a las bebidas, pues cuidado, lo justo para desinhibirse un poco pero no tanto como que la desinhibición sea generalizada.

Mi propuesta

Sentido común: Lo frio, frio…

"La cena habría sido espléndida si el vino hubiera estado tan frío como la sopa, el roastbeef tan crudo como el servicio, el brandy tan viejo como el pescado y la camarera tan dispuesta como la duquesa

Sobre producto:
+ multi k mono
+ poco k mucho
+ graso k magro
+ hoja k raíz
+ sencillo k complicado
+ blando k duro
+ escama k pluma
+ pluma k pelo
+ campo k granja
+ fresco k frio
+ mercado k super
+ info k tv


Sobre tecnicas:
+ crudo k vapor
+ vapor k hervido
+ hervido k asado
+ asado k plancha
+ plancha k parrilla

Sobre conducta:
+ camino k fonda
+ vida k años
+ caricias k roces
+ inclusivo k exclusivo
+ escuchar k hablar
+ ser k hacer
+ dar  k recibir
+ cuidar k poseer
+ sentir k pensar
+ paz ciencia  k ciencia
+ endorfinas k exorfinas
+ humildad k ambición
+ unidad k dualidad
+ adentro k afuera
+ presencia k fugas
+ amor k miedo
+ we k me
+ jugar k durar
+ los medios k el fin
+ consciencia k ciencia
+ caperucitas k lobos
+ madurar k envejecer
+ social k ismo
+ saltos k red
+ con tacto k contacto
+ atender k poseer
+ saber k conocer
+ educar k enjuiciar
+ la vida k mi vida
+ meditar k mediar

Mis cacharros:

Plancha
Vaporera
Cuchillos
Cazuela
Patella
Sarten de hierro
Campana

Mi mercado:
De dos a tres veces por semana
Angelines
Chamartín
Mercadona
Ecocentro
Vergel

Mi despensa:
Condimentos
Aceite de oliva
Acceto balsámico
Vinagre de jerez
Sal marina
Pimienta negra de molino
Curri
Limón
Hierbas
Tomillo
Romero
Eneldo
Cebollino
Estragón
Verduras
Ensaladas amargas
Apio
Pepino holandés
Aguacate
Frutas
Pomelo rosa
Naranjas dulces
Frutitas
Frutos secos
Almendras
Pistachos
Avellanas
Pipas de girasol
Pipas de calabaza
Nueces de cascar
Lino
Brotes de trigo (agua de pantano)
Brotes de soja fermentados
Algas
Cereales
Arroz completo
Quinoa


Legumbres
Lentejas
Azuki beans
Soja
Garbanzos
Carnes
Pescados
Conservas
Túnidos en aceite
Encurtidos
Jamón
Presa de ibérico embuchada
Mojama
Bacalao
Hueva
Vino
A diario
La fiesta
Agua
Desayuno
Ensalada
Sopa
Almuerzo
Cena
Lo que evito
Todo lo harinoso
Trigo
Azúcar
Leche de vaca
 

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