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¿Sabías qué hay cuatro variedades de las rosquillas de San Isidro?
En la fiesta del patrón de Madrid es típico comer un tipo de rosquilla, la original es la de Santa Clara. Esta se dice que surge a finales del XIX y fue popularizada por una vendedora llamada "Tía Javiera", quién empezó a hornearlas, a venderlas en la pradera en estas fechas y les dio la fama y tradición.
Tras conseguir fama la original, luego surgieron 3 variedades más, todas ellas con una misma base de ingredientes, pero cada una con su toque distintivo.
La rosquilla más sencilla y "pobre", denominada, las tontas, son las que mostramos en este post. Sencillas sin ningún añadido de decoración.
Se encuentran también las listas, recubiertas de un glaseado de limón.
Las de Santa Clara, cuya característica es que la cubre un merengue seco y blanco, una rosquilla que elaboraban mucho las monjas.
Y la última variedad que surgió fueron las francesas, recubiertas de almendra picada y azúcar. Algunas fuentes dicen que Doña Bárbara de Braganza, esposa de Fernando VI, pidió a su cocinero de la corte que le hiciera una versión de las rosquillas tontas, ya que estas las encontraba demasiado simples.
¿No te parece curiosa esa historia que se encuentra detrás de estás rosquillas tan castizas?
En este post te traemos la versión más sencilla de las rosquillas de San Isidro, las tontas, una receta de nuestra profesora Miriam García de @elinvitadodeinvierno. Toma nota y no pierdas la oportunidad de celebrar San Isidro en tu casa y disfrutar de unas rosquillas tontas caseras.
550-600 g de harina
15 g de impulsor químico (también conocido como "levadura royal")
250 g de huevos a temperatura ambiente (unos 5 huevos M)
120 g de azúcar
6 g de anís en grano
50 g de aceite de oliva suave
25 g de licor de anís
10 g de sal
1 huevo batido, yema o clara para pintar
1. Precalentar el horno a 230 ºC.
2. Tamizar la harina con el impulsor en un colador o tamizador. Añadir los anises y reservar.
3. Poner en un bol los huevos, el aceite de oliva, el licor, el azúcar y la sal. Batir a velocidad media durante 10 minutos con un robot de cocina con pala o batidora de varillas para que esponje y blanquee.
4. Agregar, poco a poco, la harina con el impulsor y los anises, y mezclar hasta obtener una masa homogénea.
5. Enharinar la encimera, y con ayuda de una rasqueta pasar la masa a esta. Amasar ligeramente para ajustar la consistencia. La masa debe ser blanda, y apenas debe pegarse a los dedos.
6. Forrar una o varias bandejas de horno con papel de horno o silpat.
7. Con ayuda de otra rasqueta, tomar porciones de 35g (del tamaño de una nuez, pesarlas en una báscula) y forma las rosquillas a mano, que queden finas (mira el vídeo), porque crecen mucho en el horno.
8. Ir poniéndolas en la bandeja y pintar, con ayuda de un pincel, cada rosquilla con huevo batido o yema o clara.
9. Cocer cada tanda de rosquillas 10-12 minutos en la solera del horno con aire (si no tienes aire, sube la temperatura a 250ºC o lo máximo que se pueda), hasta que estén bien doradas.
10. Sacarlas del horno y dejar enfriar sobre una rejilla.
11. ¡Listas para celebrar San Isidro!
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