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¿A quién no le gusta la pasta?
Una de nuestras cosas favoritas es que es un ingrediente tan versátil, que el único límite a la hora de preparar un buen plato es tu imaginación. Aunque no podemos negar lo innegable y es que innovar está bien, pero las recetas clásicas lo son por algo.
Hoy os traemos una receta típica de la región de Roma: La pasta all'arrabbiata. Esta salsa se caracteriza por ingredientes como el tomate, el ajo y, por supuesto, la guindilla. Unos ingredientes sencillos, pero que provocarán una explosión de sabor en las bocas de tus comensales. ¡Vamos a por un poco de picante!
Para 3 raciones
300 g de penne rigate (macarrones) de buena calidad, mejor si son de sémola de trigo duro con trefilado al bronce
400 g de tomate en rama
80 ml de aceite de oliva
100 g de pecorino romano
10 g de perejil
5 g de guindilla fresca
1. Llenamos una olla de agua y la ponemos a fuego fuerte para que empiece a hervir.
2. Salamos el agua con un punto de sal perceptible pero sin que quede excesivamente salado. Si esto pasa, tendremos que sacar una parte de agua (la cantidad dependerá de la sal que hayamos puesto de más) y añadir más agua sin sal.
3. Ponemos a cocer la pasta y removemos los primeros dos minutos para evitar que se pegue. Mezclaremos otra vez a lo largo de la cocción para asegurarnos de que está suelta.
4. Dejamos cocer la pasta durante el tiempo que indique en el paquete de la misma.
5. Colamos la pasta del agua de cocción y reservamos un poco de este líquido.
1. Pelamos bien los tomates y los limpiamos, retirando las semillas y dejándolas en un colador.
2. Cortamos los tomates en cubos pequeños, de alrededor de un centímetro.
3. Reservamos el agua de tomate el líquido remanente de las semillas coladas. La semillas se descartan.
5. Calentamos el aceite de oliva virgen extra en una sartén al fuego y sofreímos el diente de ajo entero. Pasados unos segundos añadimos la guindilla y tras un minuto los cubos de tomate, junto al agua de tomate que hemos reservado. Mezclamos todo ello para que quede homogéneo.
6. Salpimentamos y retiramos del fuego.
8. En el fondo de tomate que hemos creado, cocemos durante dos minutos, aproximadamente, nuestra pasta.
9. Añadimos el queso, mantecamos, es decir, removemos bien para que el aceite de nuestra salsa impregne la pasta. Si la faltara algo de liquido añadimos una o dos cucharadas del agua de cocción de la pasta que hemos reservado. Rematamos con perejil picado.
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